Opinión crítica respecto al proceso de enseñanza y aprendizaje profesional en Medicina.
Como Médico, especialista en Bioética y en Medicina de Emergencias (sí! es una especialidad médico-quirúrgica de 4 años en la Universidad del Rosario, con más de 20 años en Colombia y aproximadamente 50 en el mundo), Magíster summa cumple laude en Bioética y Profesor por Méritos Académicos de la Universidad del Rosario y Profesor Clínico de la Universidad de los Andes, exdirector de Posgrado y con toda una vida académica y una experiencia asistencial de más de 28 años, actualmente alumno de la Maestría en Educación para Profesionales de la Salud, sé y he vivido lo que criticaré constructivamente y pretendo ayudar y aportar para que mejore.
El currículo es fundamental en el proceso de enseñanza y aprendizaje en Medicina de Emergencias, como en todo entrenamiento o formación académica. Entrenar a los residentes en su habilidad de mantenerse alerta, atentos, inteligentes y resolutivos en situaciones que asustarían a cualquier médico fuera de los mejores 15 minutos de cualquier otra especialidad, multifacéticos, empíricos, humanos, sensibles, ágiles, flexibles, serviciales, capaces, resilientes, desarrollando unas capacidades de autocontrol y gestión emocional sorprendentes, felices en el caos, sonrientes en la dificultad, respetuosos, virtuosos, amorosos, responsables, miembros de un trabajo de equipo indispensable, fuertes y suaves, claros y concretos, concisos y honestos, íntegros e integrales, poderosos y humildes, vocativos y éticos, simples y complejos, valientes y dinámicos, es más que un reto inmenso.
La medicina de emergencias es una disciplina clínica -medicoquirúrgica- crucial y de vital importancia en la atención en salud, que requiere de profesionales altamente capacitados para dar atención oportuna y de calidad en situaciones de crisis. La formación de médicos de emergencias requiere de un currículo específico diseñado para desarrollar las habilidades y conocimientos necesarios para enfrentar situaciones críticas y salvar vidas con todas las consideraciones que exceden la perspectiva externa y el pensamiento ignorante o simple de la variabilidad humana. Sin embargo, el currículo y su evaluación en medicina de emergencias son temas complejos que requieren un análisis crítico desde muy diversas perspectivas y roles, incluyendo el del profesor, el alumno, los hospitales y la sociedad en general, que procuraré mencionar y explicar sin ahondar.
- Desde la perspectiva del profesor, es fundamental considerar la selección y organización de los contenidos, métodos pedagógicos, estrategias de evaluación y recursos didácticos a incluir. Su porqué y su razón así como los métodos de aplicación, uniformidad de interpretación y la ejecución en el colectivo docente. Los profesores deben garantizar que el currículo esté actualizado, sea relevante para la práctica clínica contextual y promueva el desarrollo de habilidades clínicas y de resolución de problemas en situaciones de emergencia (Smith, 2018) en un ambiente formativo seguro y facilitador para el aprendizaje (Abebe, 2017). Debe ser un currículo relevante, actualizado y basado en evidencia científica.
- El rol docente es fundamental en la construcción y evaluación del currículo pues deben ser facilitadores del aprendizaje, promotor de estrategias de enseñanza activa que permitan a los estudiantes aplicar el conocimiento teórico en situaciones prácticas y desarrollar habilidades clínicas (Eva et al., 2019), fomentando un ambiente de aprendizaje activo y participativo, que estimule el pensamiento crítico y autocrítico y la toma de decisiones complejas. Además, los docentes deben ser modelos de rol en la toma de decisiones clínicas éticas y en la comunicación efectiva con los pacientes y sus familias (Hsieh et al., 2017). Los profesores también deben adaptar el currículo a las necesidades y expectativas de los estudiantes, considerando su nivel de experiencia y habilidades previas, así como los cambios en el entorno clínico y social específico (Irby et al., 2016).
- Perspectiva del alumno: es importante considerar que la formación en Medicina de Emergencias implica un alto nivel de estrés y presión, ya que deben adquirirse conocimientos, destrezas y habilidades para tomar decisiones rápidas y precisas en situaciones de vida o muerte y de alta significación emocional y social. Deben enfrentarse a situaciones de emergencia simuladas o reales, que pueden generar estrés y ansiedad. Además, deben adquirir un amplio saber de diversas condiciones médicas y desarrollar habilidades prácticas en un entorno dinámico y de alta presión. El currículo debe ser diseñado forma tal que permita a los estudiantes practicar y aplicar lo aprendido en situaciones clínicas reales, y ofrecerles un entorno de aprendizaje seguro y de apoyo (Denson et al., 2018). Puede apoyarse en la simulación pero no es reemplazable del todo la interacción humana bajo estrés y la evaluación no refleja enteramente la responsabilidad final. El estudiante espera que sus docentes sean expertos, justos y rigurosos en la aplicación de todas las herramientas de enseñanza disponibles para el mejor logro de la guía de su aprendizaje. promover un enfoque centrado en el estudiante, que fomente la participación activa, el trabajo en equipo y el desarrollo de habilidades clínicas y de liderazgo (Ginsburg et al., 2017). El currículo de Medicina de Emergencias desde la perspectiva del médico residente debe ser práctico y enfocado en construirlos capaces de pensar, actuar y decidir bajo presión. Debe fomentar la adquisición de habilidades interpersonales y de comunicación efectiva para manejar situaciones de emergencia en un entorno multidisciplinario. Sin embargo, también es importante que el currículo aborde de manera crítica y reflexiva los desafíos sociales y éticos que los estudiantes enfrentarán en su práctica clínica, como la equidad en la atención médica, la justicia social y el cuidado sensible de los pacientes en situaciones de emergencia, buscando oportunidades de aprendizaje adicionales y participando en actividades de autoevaluación y autoaprendizaje (Ellis et al., 2018).
- Perspectiva de la sociedad: alinear las necesidades y demandas de la sociedad en la que se practica la especialidad con lo ofertado y logrado en el entrenamiento. La sociedad tiene expectativas específicas en términos de la formación de médicos de emergencias competentes y preparados para enfrentar situaciones críticas. Por lo tanto, el currículo debe abordar los desafíos y realidades del entorno clínico y social en el que se desarrolla la práctica profesional (Cleland et al., 2016). Además, la sociedad también puede participar en la evaluación del currículo, proporcionando retroalimentación sobre la calidad de la atención médica que reciben de los profesionales formados bajo ese currículo. El currículo y su evaluación en medicina de emergencias tienen un impacto directo en la calidad de la atención médica que se brinda a los pacientes en situaciones de emergencia. Una formación deficiente pondría en riesgo la vida de los pacientes, mientras que una formación de alta calidad podría salvar vidas. Es responsabilidad de la sociedad asegurar que el currículo y su evaluación sean correspondientes y coherentes y estén actualizados para formar a profesionales competentes y capacitados en medicina de emergencias.
- Perspectiva del Educador: debe tener en cuenta las necesidades y expectativas de los estudiantes y docentes, así como las demandas de la sociedad y la comunidad en la que se desarrolla la práctica médica de emergencias. El educador debe incorporar en el currículo un enfoque integral que incluya la atención a la diversidad, la ética médica y la responsabilidad social, y fomente la participación activa de los estudiantes en la toma de decisiones y el diseño del currículo. Además, el educador debe promover la formación continua y la actualización constante del currículo para adaptarse a los cambios en la práctica y la tecnología médica.
Ideas Innovadoras en el Diseño de Currículo, Formación y Actitud Docente:
- Enfoque basado en competencias: El diseño curricular en medicina de emergencias puede adoptar un enfoque basado en competencias, que se centre en el desarrollo de habilidades clínicas y de gestión de emergencias, así como en la adquisición de conocimientos teóricos. Fundamentados en constructivismo, destaca el aprendizaje activo y significativo. Esto permitirá a los estudiantes aplicar y practicar lo aprendido hasta la experticia y pericia. la evaluación se centrará en la observación directa de la actuación en situaciones clínicas reales y en la retroalimentación constructiva para mejorar su desempeño. El currículo y su evaluación en esta área son fundamentales para garantizar una formación de calidad y la capacidad para enfrentar los retos clínicos y sociales de su práctica profesional.
- Un enfoque innovador en la construcción curricular es adoptar un enfoque basado en la adquisición de competencias. En lugar de centrarse únicamente en la transmisión de conocimientos teóricos, el currículo puede ser diseñado para que los estudiantes adquieran competencias específicas en medicina de emergencias, como habilidades de evaluación y manejo de pacientes en situaciones de emergencia, habilidades de comunicación efectiva con pacientes y familiares bajo condiciones de estrés, y habilidades de liderazgo en situaciones críticas (Frank et al., 2017). Esto implica la integración de oportunidades de aprendizaje práctico, evaluación basada en desempeño y retroalimentación constante para el desarrollo de competencias clínicas.Una idea innovadora en la construcción curricular en medicina de emergencias es adoptar un enfoque basado en la formación basada en simulación. La simulación clínica es una herramienta efectiva para el aprendizaje y la evaluación de habilidades clínicas en un entorno controlado y seguro, lo que permite a los estudiantes practicar y desarrollar habilidades en situaciones de emergencia sin poner en riesgo a los pacientes reales (Okuda et al., 2018). Este enfoque puede integrarse en el currículo como una parte integral del proceso de enseñanza-aprendizaje, permitiendo a los estudiantes aplicar conocimientos teóricos en escenarios clínicos realistas, recibir retroalimentación inmediata y mejorar sus habilidades clínicas de manera activa.
- Enfoque y aprendizaje interprofesional: se requiere de un trabajo en equipo efectivo y colaborativo entre diferentes profesionales de la salud, como médicos, enfermeras, paramédicos y otros especialistas. Por lo tanto, el currículo puede integrar oportunidades de aprendizaje interprofesional, donde los estudiantes trabajen en equipos multidisciplinarios para abordar casos de emergencia simulados o reales (Ander et al., 2017). Incorporar ese aprendizaje en el currículo de Medicina de Emergencias, en línea con la teoría del constructivismo social que implica la colaboración entre diferentes profesiones de atención médica, como médicos, enfermeras, paramédicos, técnicos en emergencias médicas, y otros profesionales de la salud, para mejorar la atención del paciente en situaciones de emergencia. Los estudiantes participarán en actividades de aprendizaje colaborativo, simulaciones y escenarios clínicos interprofesionales que les permitan desarrollar habilidades de trabajo en equipo, comunicación y toma de decisiones en un entorno multidisciplinario. La evaluación se centrará en la participación activa en actividades interprofesionales y en la capacidad de colaborar eficazmente con otros profesionales de la salud en situaciones de emergencia. Esto ayudaría a los estudiantes a desarrollar habilidades de trabajo en equipo, comunicación efectiva y toma de decisiones colaborativa, lo cual es esencial en la práctica de medicina de emergencias.
- Integración de Tecnología: integrar efectivamente la tecnología en el currículo de Medicina de Emergencias, en línea con la teoría constructivista con apoyo tecnológico. Implica el uso de simulaciones virtuales, herramientas de aprendizaje en línea, aplicaciones móviles y otros recursos tecnológicos para mejorar la enseñanza y el aprendizaje de las habilidades clínicas y la toma de decisiones en situaciones de emergencia. Los estudiantes tendrán acceso a recursos tecnológicos que les permitan practicar y mejorar sus habilidades en un entorno virtual seguro y supervisado. La evaluación se centrará en la capacidad del estudiante para utilizar efectivamente la tecnología en la atención de emergencias y en la mejora continua de sus habilidades clínicas.
- Énfasis en la Ética y la Justicia Social: integrar transversalmente la ética y la justicia social en el currículo, en línea con la teoría del currículo humanista. Desarrollar habilidades éticas y de toma de decisiones éticas en situaciones de emergencia, así como la comprensión de los desafíos y dilemas éticos clínicos y sociales que los médicos de emergencias enfrentan en la práctica clínica. Además, se enfatizará la importancia de la justicia social en la atención de emergencias, abordando las desigualdades en la atención médica y promoviendo la equidad en la distribución de recursos. La evaluación se centrará en la capacidad del estudiante para aplicar principios éticos en situaciones de emergencia y en su comprensión de la justicia social en la práctica clínica.
- Aprendizaje Basado en Problemas (ABP): incorporar el enfoque contrastando con la teoría tradicional de la evaluación curricular. El ABP, implica presentar a los estudiantes casos clínicos reales o simulados que requieran la identificación y resolución de problemas en situaciones de emergencia. Los estudiantes trabajarán en grupos para analizar los casos, identificar los problemas, buscar y aplicar el conocimiento relevante, y desarrollar soluciones apropiadas. La evaluación se centrará en la capacidad del estudiante para resolver problemas clínicos en situaciones de emergencia, aplicar el conocimiento adquirido y trabajar eficazmente en grupo.
¡Espero que hayas disfrutado de esta opinión crítica del currículo y su evaluación enfocado a medicina de emergencias!